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Durante los días 16 al 20 de abril de 2014 celebramos en la Ciudadela de Jesús ubicada en la Ceja Antioquia, el Encuentro Nacional de Familias Misioneras con motivo de los 25 años del Programa en Bogotá y 15 en Caucasia

Iniciamos nuestro Encuentro el miércoles santo en las horas de la tarde dándole la bienvenida a las familias participantes que llegaron de Bogotá, Caucasia, Huila, Buga, Villavicencio, Medellín y a la familia Animadora Misionera Quispe Álvarez, procedente de Arequipa (Perú) donde el Programa lleva 14 años, Fruto de la EFAM I de Paipa en el año 2000 en la que participó la Familia Pacheco Laytón que por motivos familiares no pudo asistir.

A las 7 p.m. se comparte la Cena y luego se da la Apertura Oficial del Encuentro Nacional con la Eucaristía presidida por el P. Felipe Naranjo, misionero Javeriano de Yarumal, quien nos acompañó de tiempo completo durante todo el Encuentro.

El jueves santo Monseñor Julio Daniel Botía Aponte, hace la presentación del Programa Familia Misionera junto con la familia Merlano Argumedo, de Bogotá, pionera del Programa, haciendo especial énfasis en la importancia del Encuentro semanal de Familia, reunión que centra a la Familia en la Escuela de Amor con Jesús y de Jesús.

Finalizada la ponencia, la Hermana Claudia Patricia Llanos Secretaria Nacional de Propagación de la fe, nos comparte la experiencia vivida por tres años de misión Ad Gentes en Kenia (África), con las tribus de Samburo y Turkana, por medio de un video. La evangelización en estas culturas se realiza básicamente inculturándose, compartiendo y sirviéndoles con amor para mostrarle con nuestra vivencia a un Dios que siempre nos ama. También Clemencia Osorio nos compartió la experiencia misionera en África que tuvo por tres meses y nos presentó un video con diferentes actividades que realizó. Todo esto nos anima para trabajar por la misión Ad Gentes que es la centralidad de la Evangelización y orar por todos los misioneros.

Realizamos el taller de luces y sombras donde reconocemos el caminar de nuestra familia, sus fortalezas y debilidades.

Fue un día lleno de muchas alegrías y de mucho fervor por parte de cada uno de los participantes.

En las horas de la tarde celebramos el lavatorio de los pies y la última cena presidida por Monseñor Julio Botía fundador de nuestro programa de familias misioneras. En las horas de la noche cantamos el cumpleaños a Bogotá y Caucasia y compartimos una deliciosa torta.

El viernes santo iniciamos la jornada con la Oración dirigida por la Familia Martínez Acosta quienes nos invitaron a reflexionar en “La Cruz como signo único de Salvación”, una dramatización que nos cuestiona y nos hace amar la cruz de cada día.

Después del desayuno, Monseñor Julio nos explica el tema “El Itinerario del Discipulado con Jesús”, ilustrado con diapositivas que facilitan su comprensión, para hacerla vida en nuestro compromiso misionero como Familias Animadoras Misioneras.

Continuamos después del refrigerio con el Santo Viacrucis, organizado por las familias de Caucasia y Bogotá, estaciones representadas en vivo en las zonas verdes de la Casa de Encuentro. Las reflexiones de cada estación fueron realizadas en paralelo con la situación actual del matrimonio y la vida familiar, pidiéndole al Señor Perdón y misericordia para las Familias.

En la tarde iniciamos la celebración de La Pasión del Señor y Adoración de la Santa Cruz, presidió el P. Felipe, organizó las Familias de Bogotá.  La procesión con la Cruz se inicia desde fuera La hermana Patricia hace la motivación al video- canción “El Siervo Doliente”, de la Hna. Inés de Jesús, que está iluminado en el Evangelio de la Pasión, según San Juan. El Padre Felipe en su homilía nos enfatiza que Jesús convirtió la Cruz en Vida, porque es allí donde Jesús nos da la vida, restaura la relación entre Dios y nosotros. Sangre de mártires, semillas de cristianos”.

Después de refrigerio, la Familia Díaz Botía, de Bogotá, pionera del Programa, nos presenta el tema Central: “Desafíos Pastorales de la Familia Hoy”. Contenido que se retomó de manera transversal desde el inicio del Programa Familia Misionera hace 25 años, hasta la situación actual que presenta el Consejo Pontificio para las Familias, brindándonos elementos de apoyo y ayuda, reconociendo que la Familia es el primero y más importante camino de la Iglesia en la Evangelización de los pueblos.

Los jóvenes coordinados por la familia Benjumea Nieto de Bogotá, y el Padre Felipe, trabajaron la reflexión el precio de la salvación. Nos cuestionó: Cómo hemos sentido que Jesús está salvando nuestra familia? Qué hechos de salvación hemos experimentado en momentos de nuestra vida? Cómo le vamos a responder a esa gratuidad de Dios? Lo hemos recibido gratis, démoslo gratis con amor, con donación, con compromiso.

Después de la cena, nos dispusimos en siete grupos para la reflexión de las siete palabras. Nos repartieron una palabra por grupo e iluminados por la Palabra de Dios, se interiorizó y luego se socializó a todos los participantes.

El sábado santo lo iniciamos con el rezo del Santo Rosario a María,estrella de la Nueva Evangelización, orientado por las familias de Caucasia. La caminata Mariana se detenía en cada misterio, señalándose la intención misionera por cada continente y encendiéndose una velita por cada Ave María.

Después del desayuno, la Hermana Patricia hizo la presentación del Afiche de la Jornada Nacional de la familia que se celebra el jueves 15 de mayo de 2014 que tiene como lema: “Familia misionera anuncia la Buena Nueva” La imagen muestra a las familias en el ‘corazón de Dios´. Se elaboró un plegable con la catequesis del mensaje, donde iluminados por el Espíritu Santo, encontramos el sentido de ser verdaderos transmisores de buenas noticias.

La familia del Perú comparte experiencias significativas del Programa donde cada vez van ingresando más familias por su testimonio de vida comprometido con la evangelización de las familias.  

Después del almuerzo realizamos una salida misionera hacia el parque Tutucan, donde tuvimos la oportunidad de fortalecer la fraternidad y el compartir, la recreación; donde se mezclo la cultura paisa con la celebración de las familias Misioneras.  Al Regreso se repartieron las hojas de Evaluación se tomó la cena y un pequeño descanso.

A las 8:30 p.m. se inició la celebración de la solemne Vigilia Pascual presidida por el P. Felipe y organizada por las familias de Bogotá.  La bendición del fuego nuevo y preparación del Cirio Pascual se realizó en las afueras del templo y se fueron encendiendo los pascualitos por grupos, en tres paradas diferentes. En el templo se cantó el Pregón Pascual entonado por la Hermana Pily Johana Misionera Teresita. Para las lecturas se formaron 7 grupos, cada uno recibe una lectura, la interiorizan y luego cada coordinador la socializó, de esta manera se dinamizó, se optimizó el tiempo y se comprendieron muy bien

Después del Evangelio, los jóvenes hicieron una representación de cómo entienden ellos la resurrección del Señor en sus vidas. Se continuó con alegría gozosa la bendición del agua, renovación de las promesas bautismales y al finalizar la Eucaristía se hizo el envío a las familias, con la imposición de la cruz a cada uno de sus miembros.

Después de la Eucaristía, se realizó un sentido homenaje póstumo a nuestro querido amigo, pionero del Programa Familia Misionera, Jesús M. Merlano Paternina en sus 26 días de fallecido, se pasó un video del inicio del Programa donde se aprecia su participación en familia. Todo el Equipo de Familia Animadora Misionera de Bogotá pasó a la tarima en apoyo fraternal a su esposa e hija presentes y Fernando Martínez en nombre de todos los del Comité, y las Familias Misioneras de Colombia, expresó recordarlo siempre como “un guerrero permanente e incondicional en el cumplimiento del Mandato Misionero” aclarando que “nunca podrán hacerte un homenaje de despedida, sencillamente, porque nunca te has ido, vivirás por siempre en nuestros corazones”. Isabel Botía expresó su cercanía permanente a un esposo, padre, amigo y discípulo misionero, que se esforzó por ser mejor cada día. La Hermana Paty entonó con la guitarra la canción “Amigo”.

Después vino la premiación a todos los participantes, en paradoja al festival de cine. Los del Perú nos dieron a degustar la deliciosa bebida típica, Pisco.  Se continuó con el compartir de dulces, folclor autóctono, trovas, cantos, recordatorios, y muchísimos detalles de fraternidad.

El domingo de resurrección muy de mañana, muchas familias viajaron a sus lugares de destino, con el corazón gozoso por sentir a Jesús resucitado en su corazón.  ¡Familias Misioneras renovadas, Familias comprometidas con la Misión!.

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