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“Confiar en Jesús misericordioso como María”

El 11 de febrero, en honor de la memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes, celebramos la XXIV Jornada Mundial del Enfermo que se inscribe en el marco del Jubileo extraordinario de la Misericordia, para reflexionar y actuar misericordiosamente como Dios Padre, frente a la realidad del sufrimiento personal y comunitario.

Compartimos el tema y lema, que el Papa Francisco propone para evangelizar la jornada correspondiente al año 2016: Tema: “Confiar en Jesús misericordioso como María”. Nuestro Señor Jesucristo, es la infinita misericordia que Dios Padre nos ofrece, acogiéndonos con bondad, fortaleciéndonos en la debilidad y colmándonos de bendiciones para que orientemos nuestra vida a la luz de la fe, la esperanza y la caridad.

Para los creyentes, La fe es la base de la confianza, que nos ayuda a experimentar a Dios en nuestra vida, a creer en su Palabra y abandonarnos en la voluntad divina, con la certeza que Él cuida de cada uno de nosotros.

La Iglesia nos envía, como misioneros, a ser misericordiosos con los enfermos del cuerpo y del espíritu. Este servicio misionero, lo realizamos por medio de la oración y la práctica de las obras de misericordia corporales y espirituales. El Papa Francisco en la convocación para el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, afirma: “No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar para esconder la hipocresía y el egoísmo”. (Misericordiae Vultus, Numeral 15).

Lema “Hagan lo que Él les diga” Jn. 2,5. Esta frase bíblica, hace mención a la celebración de una boda en Caná de Galilea, en la que fue invitada la Virgen María, Jesús y sus discípulos. Allí se acabó el vino, pero María acudió confiada a Jesús, le presentó esta necesidad y esperó que él actuara según el designio que Dios Padre, le había encomendado. Al contemplar esta misión de María, descubrimos su confianza en Jesús, su preocupación por las necesidades de los demás y su disponibilidad para servir a los que sufren. Por eso, Ella, es testimonio de fe y confianza en Jesús misericordioso, que nos aconseja como en la boda de Caná: “Haced lo que Él os diga” Jn. 2,5

Explicación del afiche:

Las Obras Misionales Pontificias de Colombia, en su programa Red Nacional de Ancianos y Enfermos Misioneros, RENAEM, propone el afiche para la reflexión y difusión de la XXIV Jornada Mundial del Enfermo:

En la parte central la imagen de Nuestro Señor Jesucristo, que con su mirada esperanzadora nos refleja la misericordia divina, ofreciéndonos su compasión en las aflicciones, entregándonos su bendición y consolación ante el dolor e invitándonos a todos, a confiar en el poder de Dios y a ser disponibles como la Virgen María al servicio de los necesitados, concretamente de nuestros hermanos enfermos.

En la parte derecha la imagen de la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes “Patrona de los enfermos”. El 11 de febrero de 1858, en la ciudad de Lourdes Francia, se apareció a Santa Bernardita Soubirous. Uno de los mensajes comunicados por la Virgen: “la misericordia infinita para los pecadores y el cuidado de los enfermos”. Por eso la Iglesia católica la venera como la Patrona de los enfermos y nos anima a ser orantes y solidarios como Ella con las personas que sufren.

Como síntesis del afiche, Jesús y María nos miran y envían para que “Seamos misericordiosos como su Padre es misericordioso” (Lc. 6,36), con la misión de visitar y atender a los enfermos, haciéndolos sentir bien: 

  • Con nuestros gestos misericordiosos para que experimenten la presencia de Dios.
  • Escuchándolos sin prisas, sin juzgarlos.
  • Orando diariamente por los enfermos y con los enfermos.
  • Haciéndolos sentir misioneros, encomendándoles alguna misión especial, por ejemplo orar por las personas que los visitan y atienden, por los territorios donde no hay misioneros que se preocupen por los ancianos y enfermos.

Nos acogemos a Jesús Misericordioso y a la protección María Santísima, para que como misioneros, siempre estemos atentos al dolor del prójimo, valoremos el don de la salud y de la vida que Dios nos da.

Los invitamos a compartir sus experiencias y testimonios de la Jornada Mundial del Enfermo al e-mail comunicaciones@ompdecolombia.org

Click aquí para descargar el guión de la misa

Fotos de la Jornada

Cuña 1

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Cuña 2

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Cuña 3