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XXIX JORNADA NACIONAL DE JUVENTUD MISIONERA

10 DE AGOSTO DE 2014

“Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5,3)

¡Jóvenes bienaventurados, por cristo hemos optado!

En 1984 más de 300.000 jóvenes de todo el mundo acudieron a Roma para el Jubileo Internacional de la Juventud el domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro. Estaban respondiendo así a la invitación del Papa de celebrar el Año Santo de la Redención en 1983 /1984, marcando el 1950 aniversario de la de la muerte y resurrección de Jesucristo.

Abrumado por el gran número de personas, la noche antes del domingo de Ramos, el Papa dijo a los jóvenes:

"Que fantástico espectáculo veros todos aquí hoy” ¿Quién dijo que los jóvenes de hoy en día habían perdido sus valores? ¿Quién dice que no se puede contar con ellos?" 
En ese momento, Juan Pablo II confió a los jóvenes del mundo un símbolo del amor de Cristo por la humanidad "para que fuese llevado a todo el mundo": una enorme cruz de madera, conocida ahora como la "Cruz de los Jóvenes". Y así empezó la búsqueda personal del Papa para que este magnífico encuentro de fe de los jóvenes se convirtiese en algo más permanente.

Un año después, la Organización de las Naciones Unidas proclamaron 1985 como el "Año Internacional de la Juventud". El Papa vio en esa ocasión una maravillosa oportunidad para organizar otro gran encuentro de jóvenes para ese año e invito a los jóvenes del mundo a celebrar con él el domingo de Ramos en Roma - más de 250.000 jóvenes respondieron a su llamado.

Inspirado por esos dos grandes eventos, el Papa Juan Pablo II deseó que los jóvenes del mundo pudiesen celebrar y aprender de forma continuada más aspectos sobre la fe.

Una semana después de la celebración con los jóvenes, el Papa anunció la creación de la Jornada Mundial de la Juventud:

"El Señor nos ha dado sus bendiciones especiales para este encuentro (el domingo de Ramos), así en los años venideros, la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud tendrá lugar todos los domingos de Ramos conjuntamente con el Consejo de los Laicos".

Así nació la Jornada Mundial de la Juventud. Se convirtió en una de las principales características que definieron del papado de Juan Pablo II, vista como una forma de acercarse a la próxima generación de católicos, demostrando tener confianza en ellos, rejuveneciendo la Iglesia y llevando a cabo sus enseñanzas. 

De acuerdo con lo anterior, las Obras Misionales Pontificias de Colombia,  inauguró el programa de  Juventud Misionera, correspondiente a la Obra Propagación de la Fe, mediante el cual cada año se orienta la respectiva animación misionera.  Para el presente año el lema propuesto  es: ¡Jóvenes bienaventurados, por Cristo hemos optado!,   para celebrar la jornada el 10 agosto y  proyectarlo durante el año en todas las parroquias con dinamismo y alegría, fortaleciendo en los jóvenes, la maduración de la fe,  la identificación con Cristo pobre,  la proyección hacia los pobres en sus diversas manifestaciones  y la construcción de vida comunitaria.

Afiche

Observamos  a 3 jóvenes  que representan el dinamismo y la valentía de la juventud  y que nos muestran  que en el caminar cotidiano se presentan luchas, carencias, anhelos, desafíos y retos para alcanzar, pero con la mirada fija en Cristo y poniéndolo en el centro de su vida, es posible experimentar el gozo de la  paz,  felicidad, solidaridad y la confianza plena en Dios que los hace expresar ¡Jóvenes bienaventurados, por cristo hemos optado!

De los jóvenes bienaventurados, se proyectan rayos hacia todas las direcciones, que vienen a significar el liderazgo misionero que ejerce  la juventud,  testimoniando con palabras y obras la sensibilidad ante las necesidades materiales y espirituales de toda la humanidad, para que todos experimenten el gozo de ser bienaventurados.

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