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En Colombia todos los fieles están invitados a celebrar la Jornada Nacional de la Pontificia Obra de San Pedro Apóstol, POSPA en el primer domingo de agosto. También se puede celebrar en otro domingo de agosto o en otro día particular.

El lema de la POSPA es el siguiente: “Que no se pierda ninguna vocación por falta de ayuda”. El objetivo de la POSPA es promover la conciencia misionera sobre la necesidad del clero nativo en el mundo entero, por tal razón esta Obra Pontificia propicia la cooperación espiritual y económica a favor de los futuros sacerdotes de los territorios de misión. En nuestro país existen 11 territorios de misión que son los vicariatos apostólicos de Leticia, Mitú, Inírida, Puerto Carreño, Puerto Gaitán, Trinidad, San Andrés, Guapi, Tierradentro, San Vicente del Caguán y Puerto Leguízamo – Solano.

En cada vicariato apostólico hay urgentes necesidades materiales y sobre todo de personal apostólico, pues la evangelización está en fase inicial o en algunos lugares incluso no se ha evangelizado, es por ello que el Santo Padre, por medio de la POSPA, extiende la mano a todos sus hijos para pedir la ayuda espiritual y económica para que en estos pueblos y culturas surjan sacerdotes para la evangelización de sus comunidades y para la misión en el mundo entero.

Todas las Iglesias necesitan clero local

El Concilio Vaticano II en su Decreto Ad Gentes sobre la actividad misionera, en el número 16 afirma lo siguiente:

“La Iglesia da gracias, con mucha alegría, por la merced inestimable de la vocación sacerdotal que Dios ha concedido a tantos jóvenes de entre los pueblos convertidos recientemente a Cristo. Pues la Iglesia profundiza sus más firmes raíces en cada grupo humano, cuando las varias comunidades de fieles tienen de entre sus miembros los propios ministros de la salvación en el Orden de los Obispos, de los presbíteros y diáconos, que sirven a sus hermanos, de suerte que las nuevas Iglesias consigan, paso a paso con su clero la estructura diocesana”.

Recordemos que en la historia de la misión de la Iglesia primitiva, los Apóstoles iban por las comunidades evangelizando y consagrando presbíteros de entre los nativos de esas Iglesias como responsables de las mismas. El Señor Jesús escogió de entre sus paisanos judíos algunos varones y los constituyó en apóstoles; “designó a Doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar” (Mc. 3,14).

Es un indicador de madurez en la fe el que las comunidades tengan sacerdotes, religiosos y laicos misioneros autóctonos. ¡Cuánto gozan los indígenas cuando tienen un santo sacerdote indígena de su misma comunidad! ¡Qué alegría para los pueblos afro cuando son pastoreados por ejemplares presbíteros de su misma raza y cultura! Así el Evangelio les llega más fácilmente. Claro está que es también necesario dar y recibir misioneros de las diferentes Iglesias particulares del mundo.

El mejor regalo para una parroquia

Tanto el santo Cura de Ars como el Documento de Aparecida dijeron que el mejor regalo para una parroquia es un sacerdote santo (cf. Aparecida 201). Las vocaciones son ante todo regalos del Señor, por eso hay que pedirlas y agradecerlas siempre en la oración. Además el cultivo y maduración de la vocación necesita permanente cuidado.

También es necesario el apoyo material para atender a las necesidades formativas y al sustento de los seminaristas, de sus formadores y de las estructuras e instalaciones que favorecen la adecuada formación de los futuros pastores del Pueblo de Dios.

Tengamos presente que todo Seminario es una bendición de Dios, que donde hay formadores y seminaristas hay un seminario. Es una empresa titánica sostener hoy un seminario, muchas diócesis que cuentan con ellos realizan enormes esfuerzos por su sostenimiento. Pensemos entonces en los seminarios de los territorios de misión, en donde se hace aún mayor la dificultad para su sostenimiento.

Seminario Intermisional Colombiano San Luis Beltrán

En Colombia tenemos el Seminario Intermisional Colombiano San Luis Beltrán que forma a los seminaristas de los vicariatos apostólicos del país y de algunas diócesis y congregaciones que desean que sus aspirantes al sacerdocio adquieran un fuerte espíritu misionero.

Este Seminario está ubicado en Bogotá y fue creado en 1959 por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos con ayuda de la POSPA. Cada año la POSPA sigue ayudando a este seminario y a los demás seminarios deesta índole presentes sobre todo en África y Asia.

Fundadoras de la POSPA

Precisamente la POSPA fue fundada por la señora Stefania y su hija Juana Bigard en 1889 en Francia. Ellas eran mujeres llenas de fe y colaboraban espiritual y materialmente a favor de las misiones.

Estas santas mujeres se enteraron de que en Japón surgían vocaciones sacerdotales nativas pero que no podían ingresar al seminario por falta de recursos tanto por parte de las familias de aquellos jóvenes como por parte del mismo seminario que no tenía ni las instalaciones suficientes ni los recursos acordes para ampliar su capacidad. Es en ese ambiente en donde el Señor suscita en el corazón de estas laicas misioneras un deseo ardiente de hacer algo para ayudar a aquel seminario japonés. Es así como luego ellas mismas intensifican su oración, ofrecen sus enseres y bienes por esta causa y entusiasman a otros a colaborar.

Desde un inicio ellas sienten la necesidad de vincular esta obra al patronato de San Pedro Apóstol. Luego en 1922 el Papa Pío XI acoge esta Obra como Pontificia y la hace suya junto con las otras dos Obras que en ese mismo instante declaró Pontificias: La Propagación de la Fe, fundada en 1822, y la Infancia Misionera, fundada en 1843.

Cómo ayudar a la POSPA

El principal medio para colaborar con la POSPA es ofrecer un esfuerzo sincero de conversión y santificación personal por las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras.

Un medio indispensable es la oración por las vocaciones sacerdotales.

Un medio concreto para ayudar a la POSPA es ofrecer un donativo material o económico que se puede entregar en la parroquia, al director diocesano OMP o a la Sede Nacional OMP.

Hay muchos corazones generosos y agradecidos con Dios por el don recibido de la fe y de las innumerables manifestaciones de su Amor y Misericordia. Acudimos a esos corazones para implorarles su cooperación espiritual y material para la POSPA. Pueden consignar o transferir su ofrenda a una de las siguientes cuentas: Bancolombia C. A. 20557000743 Banco de Bogotá C. C. 032014946 Banco Agrario C. C. 008200122888

Por favor enviar su comprobante al email: directornacional@ompdecolombia.org